lunes, 12 de noviembre de 2007

Mensaje de Esperanza 12-11-2007

¡Alégrate, el Señor está contigo!

Mensaje Espiritual

Lunes, 12 de noviembre de 2007

Semana 32 del Tiempo Ordinario

Sabiduría 1, 1-7 / Lucas 17, 1-6

Salmo responsorial Sal 138, 1-10

R/. “¡Llévame por el camino eterno, Señor!"

Santoral:

San Josafat, San Emiliano, San Margarito Flores

y Santa Agustina Livia Petrantoni

¿Qué existe en el cielo?

¿Existirán carreteras en el cielo, Señor?

¿Para qué? Sólo en la tierra son necesarias las prisas.

En la eternidad, la paz y el sosiego nacen por todos los rincones.

¿Existirán bosques y mares, ríos y montañas en el cielo, Señor?

¿Para qué? La belleza de Dios, será lo suficiente

para colmar las aspiraciones y la búsqueda de todo hombre.

¿Existirán rascacielos y playas en el cielo, Señor?

¿Para qué? Sólo, con habitar en Dios

será suficiente para sentirse feliz

y pasear viendo su inmensa Gloria.

¿Existirán las razas y la diversidad de lenguas en el cielo, Señor?

¿Para qué? En Dios Padre, todos seréis definitivamente UNO.

¿Existirán las fronteras, las diferencias, el libre pensamiento?

¿Para qué? En la casa de mi Padre

sólo existe la común unión;

en la morada de mi Padre sólo vive un único pueblo;

en la mansión de mi Padre, al verlo tal y cual es,

el pensamiento sólo será uno: AMOR Y SOLO AMOR.

¿Existirá el rencor y el odio por lo que fuimos y nos hicimos, Señor?

¿Para qué? Quien llega a la casa de mi Padre

lo hace siendo una persona traspasada por el amor,

y, en el corazón de esa persona que alcanzó la meta divina

sólo hay lugar para eso, para el amor.

Entonces ¿qué existe en el cielo, mi Señor?

En el cielo hay lo que vosotros no lográis alcanzar en la tierra.

En el cielo funcionamos de una forma diferente.

En el cielo no valen los esquemas de la tierra.

En el cielo es feliz quien fue infeliz allá abajo.

En el cielo es grande quien fue pequeño.

El cielo sólo se entiende viviendo y pensando en él.

No lo olvidéis, el cielo es el mundo al revés.

El cielo es la gran casa del Padre.

Un lugar donde sólo brota el amor.

Una fuente donde sólo emerge el bien.

Un paraíso en el que, lo que a vosotros os parece necesario

allá es inutilidad completa.

Javier Leoz

jueves, 8 de noviembre de 2007

Mensaje de Esperanza 8-11-2007

¡Alégrate, el Señor está contigo!

Mensaje Espiritual

Jueves, 8 de noviembre de 2007

Semana 31 del Tiempo Ordinario

Romanos 14, 7-12 / Lucas 15, 1-10

Salmo responsorial Sal 26, 1. 4. 13-14

R/. “Contemplaré la bondad del Señor"

Santoral:

Beato Juan Duns Scot, San Godofredo, San Andrés Avelino,

Beata Isabel de la Trinidad, San José Nguyen Dinh Nghi

y San Juan Bautista Con, San Martín Ta Duc Thin,

Martín Tho y Pablo Nguem Ngam

Hay momentos en que...

Hay momentos en que …

somos tímidos para expresar el amor que sentimos,

por temor a avergonzar a la otra persona

o avergonzarnos nosotros mismos, dudamos en decir:

"te quiero" y tratamos de comunicar la idea en otras palabras.

Decimos "cuídate", "no manejes rápido", "pórtate bien".

Pero realmente, estas son diferentes maneras de decir

"te quiero", "eres importante para mi", "me importa

lo que te suceda", "no quiero que estés mal".

A veces somos muy extraños:

la única cosa que queremos decir y la única cosa

que debemos decir, es la única cosa que no decimos.

Porque el sentimiento es real y la necesidad de decirlo

es tan fuerte, usamos otras palabras y signos

para decir lo que realmente queremos decir.
Y muchas veces el significado nunca se comunica del todo,

y la otra persona se siente ignorada y no querida.

Por ello, debemos escuchar el amor en las palabras

que las otras personas nos dicen.

Algunas veces las palabras explicitas son necesarias,

pero con mayor frecuencia, la manera de decir las cosas

es aún más importante.

Un apodo dicho cariñosamente porta mayor afecto

y amor que los sentimientos que son expresados

de manera poco sincera.

Un abrazo o un beso impulsivos dicen "te amo",

aún cuando las palabras digan algo diferente.

Cualquier expresión de preocupación de una persona

por otra dice "te quiero".

A veces la expresión es vulgar, a veces incluso cruel.

A veces debemos mirar y escuchar muy atentamente

el amor que contienen, pero muy frecuentemente

está allí, debajo de la superficie.

Una madre puede regañar a su hijo constantemente

por sus notas o por no limpiar su cuarto.
El hijo puede escuchar solo el regaño, pero si escucha

atentamente, escuchará el amor debajo del regaño.

Su madre quiere que él haga lo correcto, que sea exitoso.
Desafortunadamente su preocupación y amor por su hijo

emergen en su regaño; pero también es amor.

Una hija regresa tarde a su casa, después de su permiso,

y su padre la confronta con palabras amargas.

La hija puede sólo escuchar la ira, pero si escucha atentamente,

escuchará el amor debajo de la ira.

"Estuve preocupado por ti" dice el padre, porque

me importas y porque te quiero.

Eres importante para mi".